“TU YO INTERIOR”.
Las autolesiones son todas aquellas conductas que implican causarse daño a uno mismo cuando esto no es por placer o con intención de acabar con la vida de unos mismo, por ejemplo: cortes (85%), quemaduras (30%), golpes (32%), punciones, arañazos, pellizcos, arrancarse el pelo (7%), envenenarse, etc… Las autolesiones pueden tener muchas funciones y causas. Son una conducta que impacta mucho a las personas que les rodean que suelen reaccionar con espanto y miedo y por ello voy a intentar explicar un poco mejor porque se produce y que puedes hacer si tú te autolesionas.
¿Por qué se autolesiona la gente?
Primero debemos tener en cuenta que si bien las autolesiones son una conducta parasuicida, no son una conducta suicida en sí. El suicidio suele intentar acabar con el sufrimiento, acabar con la vida (suelen preferir métodos indoloros o no violentos), mientras que la autolesión provoca un dolor o una distracción. Esto es complicado de entender. Sí es cierto que muchas personas se lesionan como preludio a un intento de suicido posterior, tantean el terreno y este es el peligro, la escalada de daño que puede acabar últimamente comportando un riesgo para la persona, incluso sin que la persona tenga intención. Pero por lo general las autolesiones son una forma o de castigo o de distracción (tienen una función diferente a la suicida lo cual no implica que no estén asociadas a ella). Por lo general podemos describir seis grupos de motivos para que alguien se autolesione:
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Para llamar la atención: Las autolesiones son muy llamativas y hacen que los demás sientan la necesidad de estar encima de la persona por miedo a que lo vuelva a hacer, son un arma muy potente ante la que los demás poco pueden hacer, en algunos casos buscan atención, afecto, que se les escuche y que se haga lo que ellos quieren. Muchas veces se utiliza la lesión como amenaza (“si me dejas me autolesionaré”…) o para culpar a la otra persona y hacer que se sienta mal. NO todas las autolesiones son por este motivo (de hecho más bien pocas lo son) y hay que ir con mucho cuidado de ignorar una señal de este tipo pues puede que no lo estén haciendo para llamar la atención. Por lo general este punto se suele omitir por miedo a crear perjuicios hacia la gente que se autolesiona, pero lo cierto es que sí hay un porcentaje que lo hacen por este motivo (puede ser de forma inconsciente) aunque sean pocos.
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Para castigarse: Una baja autoestima, sentimientos de culpabilidad, de no ser merecedor de algo, de ser responsable por algo negativo pueden llevar a la persona a pensar que son “malos” y que merecen un castigo. Muchas veces representan sentimientos de odio o rechazo o disgusto hacia uno mismo. Suelen ser personas con muy baja autoestima.
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Para evadir un malestar emocional: esto es como lo de que si te duele la mano rómpete la pierna (es una distracción). El malestar físico (el dolor) tiene prioridad sobre cualquier otra sensación, detiene todo camino del pensamiento, interrumpe los sentimientos. Cuando sentimos dolor no pensamos en nada más, y esto es lo que busca alguien en estos casos de una autolesión. Cuando hay rumiaciones fuertes, pensamientos negativos constantes, ansiedad, depresión, la persona puede lesionarse por el propio malestar que estos producen pero también porque la autolesión bloqueará temporalmente esos pensamientos. Es una forma de controlar las emociones. Por ejemplo si alguien está muy muy enfadado o muy muy ansioso, esas emociones empiezan a sobrepasar a la persona, es fácil que en pocos ensayos la persona aprenda a lesionarse como método para frenar ese enfado creciente. Es como una válvula que libera esa tensión emocional.
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Como conducta para-suicida, tanteo del terreno: Muchos suicidas habían previamente llevado a cabo tentativas. Por ejemplo cortes en las muñecas previos al corte más profundo. A veces es para ver si son capaces, para saber que van a sentir en el momento. A veces demuestra una inseguridad, aún no están seguros y en el momento frenan la conducta antes de que sea letal. Se calcula que un 15% de las personas que se autolesionan tienen tendencias suicidas.
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Para asumir un control sobre situaciones que sobrepasan a la persona: Esto sería similar a lo que ocurre con la anorexia, en este tipo de conductas dañinas para uno mismo pueden influir sentimientos o necesidad de control, aun cuando uno no puede controlar a los demás o lo que le rodea, si puede controlar su propio cuerpo. Esta necesidad de sentir control sobre uno mismo puede asociarse junto con los otros factores que hemos comentado y influir en la conducta autolesiva, que puede representar una forma de autocontrol o simplemente control.
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Por sentimientos de vacio crónico: Cuando uno lleva mal mucho tiempo o por diferentes motivos puede acabar “embotado”, que no siente nada (ni bueno ni malo). Muchas veces estos sentimientos de vacío, de que falta algo o de que no se puede sentir nada pueden ser muy frustrantes y llevar a la persona desear sentir algo, por malo que sea. La autolesión causa dolor y sentimientos que pueden hacer que la persona los utilice para suplir esos episodios de vacío existencial, para hacerles sentir “vivos”.
Datos y trastornos:
Las autolesiones pueden aparecer por si solas pero es seguro que son una simple representación de un problema más complejo de fondo, se estima que el 50% de las autolesiones están asociadas a un trastorno mental. Una autolesión es un síntoma, no un trastorno (se plantea para la nueva versión del DSM-V incluirlas por si solas como trastorno). Toda autolesión debe ser considerada y no ignorada, al menos hasta que se descarte ningún peligro o que esto forme parte del tratamiento.
Cerca de un 10% de los ingresos hospitalarios se deben a autolesiones. Las autolesiones son mucho más frecuentes de lo que pensamos (se dan en un 4% de la población general), especialmente en la época de la adolescencia (llegan al 14-15%). Además las cifras suben mucho si tenemos en cuenta el haberlo hecho alguna vez en la vida y si nos adentramos en la población psiquiátrica las tasas son aún más elevadas.
Las mujeres se autolesionan más con cortes, los hombres con quemaduras.
Hay muchos trastornos en los que aparecen las autolesiones, el más común y el UNICO en el que se considera uno de los criterios de diagnóstico sufrir autolesiones es el trastorno límite de la personalidad. En este trastorno las autolesiones aparecen en un 70% de los pacientes y entre el 8 y 10 % consuman suicidio.
Las autolesiones son también frecuentes en los retrasos mentales severos pero se tratan realmente de un caso algo diferente por lo que no entraremos en ello.
En el trastorno de personalidad histriónica pueden aparecer autolesiones aunque es en este más probable que se asocien a una llamada de atención. También pueden aparecer en otros trastornos de personalidad (como el antisocial).
Está claro que en la depresión (o el trastorno bipolar) los sentimientos de malestar pueden acabar llevando a la persona a autolesionarse.
Las autolesiones pueden ocurrir en momentos o episodios de despersonalización en los que la persona no es consciente de lo que está haciendo. Así mismo en ocasiones en episodios psicóticos las voces pueden inducir a las autolesiones.
Se asocia también con los trastornos de la conducta alimentaria y los trastornos por consumo de sustancias.
Las autolesiones también pueden aparecer en el trastorno por estrés postraumático.
Factores asociados:
Ninguno de estos factores predice por si solo las autolesiones. Las autolesiones pueden aparecer en personas que no cumplen estos factores aunque es poco frecuente.
Factores de riesgo: Ser mujer, tener entre 15 y 25 años, vivir en una institución o centro, personas dependientes de alcohol o drogas.
Factores precipitantes: Bullying, embarazo no deseado, enfermedad física grave, divorcio de los padres o problemas familiares, abuso sexual, violencia doméstica, duelo, depresión, problemas económicos o en el trabajo, ansiedad, problemas en las relaciones sociales, suicidio o autolesiones de alguien cercano (este factor afecta más a los adolescentes), ansiedad, soledad… El alcohol está presente en muchos de los periodos autolesivos, desinhibe y fomenta la conducta impulsiva por lo que es una mala combinación.
Factores de base en la persona que serían de riesgo: Baja autoestima, imagen corporal pobre o distorsionada, sentimientos de rechazo por parte de los demás o de ser diferente, ser una persona aislada, bajas habilidades sociales, diferencias culturales o raciales, mala adaptación al entorno, alto neuroticismo (como rasgo de personalidad), presentar algún trastorno psicológico.


